¿Sabías que hay más de 2000 variedades de quesos en el mundo? Puedes elegir entre muchas opciones para disfrutar de este placer gastronómico que tiene mucha importancia en Castilla – La Mancha con su mundialmente reconocido queso manchego.
Hoy queremos explicarte algo más sobre el apasionante mundo de los quesos, mostrándote algunas clasificaciones en función del tipo de leche, la maduración, la grasa,etc.
Tipos de queso según su grasa
El queso puede clasificarse en base al porcentaje de grasa sobre el extracto seco. El cálculo de este porcentaje se obtiene sobre la masa del queso una vez que se ha descontado el suero y no sobre el total de la masa del producto. En este sentido, podemos tener los siguientes tipos de queso:
– Extra graso: con un 60% de grasa o más.
– Graso: con un contenido de grasa de entre el 45 y el 60%, como el queso de cabra.
– Semigraso: con un contenido en grasa de entre el 25 y el 45%, como el Parmesano, nuestro querido manchego o el go el queso azul.
– Semidesnatado o bajo en grasa: con valores de entre un 10 y un 25% de grasa. Ejemplos de quesos bajos en grasa serían el queso fresco, el cheddar, el feta o el queso bola.
– Desnatado o light: con menos de un 10% de grasa. Como el requesón, la ricotta, quesos untables o el queso tipo petit.
Tipos de queso según su origen
El origen de la leche con la que se elabora el queso, también puede marcar otra manera de clasificar los diferentes tipos de queso del mundo. Según este criterio, estas son las tipologías de queso más comunes:;
– De vaca: es la leche más común Algunos ejemplos de quesos con leche de vaca son el emmental o el gouda.
– De cabra: cuenta con una alta proporción de ácidos grasos que le aportan un sabor especial y reconocible.
– De oveja: estos quesos son ricos en proteínas y cuentan con un alto valor energético. El queso más famoso en esta categoría es nuestro querido queso manchego.
– De búfala: cuenta con un sabor dulce y un color extremadamente blanco. Con esta leche se produce la mozzarella.
– Mezcla de leches: puede darse la producción de quesos a través de la combinación de leches. En estos casos, el resultado suele ser quesos más cremosos y con sabores más suaves.
Tipos de queso por su textura interior
– Compactos o sin ojos: son hechos con cultivos lácticos que apenas sueltan grasa durante la fermentación, por lo que los azúcares son fermentados antes de que el queso esté completamente acabado. El queso de Burgos o el Cheddar son un ejemplo de este tipo de queso.
– Con ojos redondos: los quesos con ojos redondos, como el Emmental o el Gruyère, cuentan con estas hendiduras como resultado de la producción de gas de las bacterias lácticas durante el proceso de maduración. En este caso encontramos el queso Maasdam y Emmental.
– Granulares u ojos irregulares: se producen cuando la cuajada se coloca en un molde sin suero, de manera que las grietas quedan al aire y se producen agujeros debido al gas de tamaños y formas irregulares. Un ejemplo es el Patergrás.
Tipos de queso según su maduración
El grado de maduración del queso nos da una clasificación de lo más habitual:
– Queso fresco: sin maduración. Se consume directamente al finalizar su producción.
– Queso tierno: se consume tras 7 días de maduración.
– Queso semicurado: su maduración se produce de 20 a 35 días, algunos de los tipos de queso más conocidos dentro del grupo de los semicurados son el manchego o el gouda.
– Queso curado: su maduración se lleva a cabo entre 45 y 105 días-
– Queso viejo: la maduración es de 100 a 180 días.
– Queso añejo: su maduración es de más de 270 días. (Si el peso es superior a 1.5kg).
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